De hecho, probablemente no lo necesitas si tu negocio está arrancando o si no tienes un equipo técnico que te acompañe. Pero si trabajas en una empresa digital con algo de escala, y te estás empezando a quedar corto con herramientas como Klaviyo o HubSpot, puede que este análisis te interese.
Braze es una plataforma de customer engagement pensada desde el inicio para apps móviles, pero que ha sabido evolucionar hacia una solución omnicanal completa. En esencia, permite orquestar mensajes personalizados a usuarios en función de su comportamiento, contexto y preferencias, a través de múltiples canales: email, push, in-app, SMS, WhatsApp, content cards y más.
Es un CRM en el sentido moderno de la palabra: centrado en eventos, en tiempo real, orientado a la activación y la retención, y conectado con tu stack de datos.
Hay muchas herramientas que permiten hacer emails bonitos o automatizar flujos básicos. Pero lo que diferencia a Braze es su potencia y flexibilidad, combinadas con una experiencia de uso sorprendentemente buena para el equipo de marketing o CRM. Aquí van algunos puntos clave:
Puedes conectar una app móvil, una web y varias plataformas de datos, y tener una única visión del usuario. Luego puedes impactarlo con un mensaje contextual, justo en el momento adecuado, en cualquiera de los canales disponibles. No es un email más en su bandeja de entrada: puede ser una tarjeta dentro de la app, una notificación push, un mensaje en WhatsApp, o todo a la vez, si tiene sentido.
Las segmentaciones en Braze se construyen con facilidad y se actualizan en tiempo real. Puedes usar propiedades del usuario, eventos que ha realizado, o incluso segmentos importados desde Amplitude o tu CDP. Además, puedes filtrar y ramificar en cada paso de una automatización, sin necesidad de que un analista intervenga cada vez.
Hacer A/B testing en Braze no solo es fácil, sino que es parte del flujo natural. Puedes lanzar una nueva variación de onboarding, probar dos versiones de una content card, o medir si un nuevo canal funciona mejor que otro para ciertos perfiles de usuario. Y todo esto sin depender de desarrolladores cada vez que quieras probar algo.
Las automatizaciones en Braze no son secuencias fijas. Puedes configurar journeys complejos que reaccionan en tiempo real al comportamiento del usuario, con delays, condiciones, acciones personalizadas y fallback por canal. Ideal para flujos como onboarding, retención, reactivación o cross-selling.
Aunque es una herramienta potente y compleja por dentro, la interfaz es realmente buena. Crear una nueva campaña de web push o una tarjeta dentro de la app lleva segundos. Y eso marca la diferencia para un equipo que quiere iterar rápido sin estar atado a ingeniería para todo.
Braze no vive solo. Funciona especialmente bien cuando se conecta con una Customer Data Platform (como Segment), que le envía datos limpios y estructurados. También se integra con herramientas de análisis como Amplitude, con tus sistemas backend, y con fuentes de datos externas para enriquecer la experiencia del usuario.
Eso sí, hay que decirlo: la implementación inicial no es trivial. Requiere cierta planificación técnica, eventos bien definidos y un buen conocimiento del flujo de datos. Pero una vez superado ese punto, el valor que aporta compensa con creces el esfuerzo inicial.
Personalmente he usado Braze en distintos tipos de empresas tecnológicas, sobre todo cuando era importante mejorar la retención, el onboarding o acelerar la experimentación.
Por ejemplo:
Automatizamos newsletters que antes se hacían manualmente, lo que supuso un ahorro mensual de más de 30 horas.
Mejoramos la retención iterando content cards en apps, midiendo clics y reacciones sin tener que pasar por desarrolladores cada vez.
Lanzamos flujos de onboarding para nuevos usuarios que adaptaban el contenido según su comportamiento, mejorando el engagement sin necesidad de cambiar el producto.
En todos los casos, Braze nos permitió construir experiencias más cercanas, más útiles y más adaptadas al momento del usuario.
Comparado con herramientas como Klaviyo, Braze es otra liga. Klaviyo funciona bien para ecommerce y tiene una integración muy sólida con Shopify, pero se queda corto cuando necesitas trabajar con múltiples canales, apps móviles o datos en tiempo real. Braze brilla en esos escenarios.
Además, la experiencia para el equipo que lo usa día a día es muy superior: más intuitiva, más rápida, más flexible. No necesitas pasar por desarrollo para cada nuevo test, ni te quedas atascado porque no tienes el dato justo.
Eso sí, no todo es perfecto.
Braze no es barato. El modelo de pricing se basa en usuarios únicos mensuales (MTUs), lo que puede disparar los costes si no se gestiona bien. Además, su documentación a veces se queda corta, y hay que ir con cuidado al escalar ciertas automatizaciones.
También es importante decir que si solo quieres mandar correos electrónicos, Braze probablemente no sea tu mejor opción. Es demasiado potente para un uso tan limitado. Pero si quieres una plataforma que acompañe a tu usuario en todos los puntos de contacto con tu producto, entonces sí: vale la pena.
Braze tiene más sentido en empresas que:
Tienen una base de usuarios con cierto volumen.
Ofrecen una app móvil y/o una experiencia web personalizada.
Ya están trabajando con datos bien estructurados o tienen una CDP.
Quieren experimentar rápido y necesitan control sin fricción.
Buscan retención y valor del usuario, no solo conversión inmediata.
Y sobre todo, empresas que tienen un equipo con algo de madurez técnica y de producto. Braze no es para improvisar, pero tampoco necesitas un ejército para sacarle partido.
Empieza pequeño, con un caso de uso muy claro: onboarding, newsletters, activación…
Cuenta con alguien que lo haya hecho antes. La curva de arranque se nota menos si hay experiencia en el equipo.
No lo trates como una herramienta de marketing aislada. Braze tiene más sentido cuando se piensa como parte del producto y del sistema de datos.
Dedica tiempo a formar al equipo. Aunque es intuitivo, conocer bien sus capacidades cambia el tipo de soluciones que puedes construir.
Braze es una herramienta seria, pensada para empresas que quieren tomarse en serio la relación con sus usuarios. No es mágica ni perfecta, pero cuando se integra bien y se usa con criterio, se convierte en una palanca real para el crecimiento, la retención y la mejora continua del producto.
Si estás en ese punto de madurez, vale la pena considerarlo. Contáctanos si necesitas ayuda para implementar una estrategia ganadora de Braze o cualquier otro CRM B2C.